Los riesgos catastróficos son aquellos que amenazan a personas y empresas y que rebasan todas las medidas de prevención existentes: a) afectando toda una zona geográfica, b) causando multitud de muertos y heridos, c) destruyendo toda clase de bienes muebles e inmuebles, fábricas, negocios, puentes, demás infraestructura, etc., y, d) impactando gravemente la economía y las finanzas a todos los niveles.
Los eventos de este tipo son raros, impredecibles e inoportunos; se presentan de las maneras más variadas que se pueda pensar, nadie sabe por dónde ni cómo o a consecuencia de qué, y por sobre todo, se presentan en el momento menos pensado o calculado.
Los sismos que se han experimentado recientemente en nuestro país son un desafortunado ejemplo de este tipo de eventos, y por sus características, podemos deducir que para enfrentarlos no bastan las medidas de protección de carácter general, sino que la mejor defensa es un buen plan de prevención y la contratación de un excelente seguro.
En este orden de ideas, a continuación se presentan cuatro aspectos que deben abordarse desde ya, para que nuestra empresa pueda sobrevivir a los efectos de un desastre:
a) Manejo de la Emergencia: Debemos contar con un plan de reacción inmediata, tendiente a salvaguardar a las personas en primer caso, lo mismo que a evitar la extensión del siniestro y a minimizar los efectos del mismo sobre los bienes. Ya sea un incendio, un sismo, una explosión, lo recomendable es haber previsto estas primeras acciones y evitar cometer errores graves o en la omisión de acciones ante la emergencia.
b) La crisis y post-crisis: ¿Qué hacer? Todo incendio, terremoto, explosión, inundación, etc. ocasiona una verdadera crisis tanto en las personas como en los negocios, por lo que debemos consideras varios escenarios de pérdida y prepararnos para este momento. Esos primeros días o esa semana que sigue al siniestro es un momento crítico con características especiales que trae consigo la necesidad de diseñar planes específicos para su manejo, evitando con ello pérdida de reputación, clientes y reclamaciones por responsabilidad civil.
c) La recuperación del negocio. Sobre todas las cosas, el negocio debe continuar pero solo se logra si desde ahora, con tranquilidad y cabeza fría, hacemos el ejercicio mental de considerar las diferentes situaciones a que nos tendríamos que enfrentar en caso de siniestros de diferente índole, confeccionando diferentes planes de acción dependiendo del tipo de amenaza que pueda hacerse realidad y considerando las condiciones más extremas posibles.
d) Seguros adecuados. Se puede contar con todos los planes de manejo de la emergencia y de recuperación del negocio, pero si no se cuenta con adecuados seguros y por valores suficientes, será muy difícil sobrevivir a un desastre sin los recursos financieros correspondientes.
En estos días, en que el tema de las catástrofes es un tema sensible para la mayoría de nosotros, es conveniente hacer una reflexión sobre la forma en cómo se han manejado situaciones de emergencia en nuestras empresas, evaluar la actuación del personal, revisar videos si se cuenta con ellos, y diseñar e implementar acciones de mejora.
En un aspecto más estratégico, extender nuestro análisis a los planes con que se cuenta para la continuidad de operaciones y/o de recuperación de la empresa, y a las pólizas de seguro contratadas verificando que éstas cuenten con las coberturas necesarias, así como con sumas aseguradas suficientes que garanticen los recursos financieros necesarios para la recuperación de la empresa. Nosotros te podemos ayudar con la revisión de tus pólizas de seguro y darte una mayor certeza sobre la protección con que cuentas.
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